Oscuros valles y tenebrosos pantanos,
sombríos bosques,
cuyas formas no podemos adivinar,
al impedirlo las lágrimas que caen por todas partes.
Enormes lunas que surgen y desaparecen
una vez, y otra, y otra,
a cada momento en la noche
-siempre cambiamdo de lugar-
oscureciendo los rayos del lucero
con el aliento de sus pálidos rostros.
Alrededor de las doce por el reloj lunar
una más nebulosa que las demás
(en un juicio,
decidieron que era la mejor)
desciende -abajo, más abajo-
con su centro sobre la corona
de la cumbre de una montaña,
mientras que su amplia circunferencia
de flotantes vestiduras cae
sobre aldeas, sobre pórticos,
dondequiera que estén
-sobre los lejanos bosques, sobre el mar-
sobre los espíritus alados,
sobre las cosas adormecidas,
y las envuelve completamente
en un laberinto de luz,
y entonces, ¡qué profunda! ¡oh, profunda!
es la pasión de su sueño.
Edgar Allan Poe.
No podía ser otro, los pelos de punta y más con esta canción de bajo tan marcado que atraviesa.
ResponderEliminarUn abrazo
realmente un poema cargado de desolación nocturna...gracias por compartir a uno de los escritores más geniales de todos los tiempos. Nos leemos como siempre, saludos!! n.n
ResponderEliminarhermosa frustración siento al leerte! la música me invita a dejarme llevar por un "optimismo melancólico", me gusta tu blog y te felicito lo haces bien! un beso espero saber pronto de ti!
ResponderEliminarMuy, muy lindo!
ResponderEliminarUn beso!
Tus versos dibujan un lugar encantado.
EliminarMis saludos cariñosos.